Conocimiento Colectivo
Educación Ambiental
Tipos de nubes.
Las nubes se distinguen por su aspecto y su altura. Las más altas son los cirros, que se forman a altitudes comprendidas entre 6 y los 10 km, donde las temperaturas están bastante por debajo del punto de congelación. Los cirros están formados por cristales de hielo, que a menudo suelen dispersar los vientos que soplan a estos niveles. Los cirros de cola de caballo suelen preceder una depresión y, por lo tanto, indican que la lluvia es inminente. Cuando las capas de cristales de hielo engordan y cubren buena parte del cielo, se llaman cirroestratos. Las nubes de altura media y un color gris uniforme, que tapan completamente el Sol, se llaman altoestratos y suelen aparecer después de los cirroestratos. A medida que se acerca la lluvia, la base de la nube desciende para convertirse en una capa de nubes gruesas denominadas nimboestratos, capaces de producir lluvia en abundancia. Cuando las nubes no consiguen ganar altura, como ocurre en los anticiclones, a veces se forman estratocúmulos, que indican que el aire sólo ha logrado subir hasta una cierta altitud antes de hundirse en las zonas despejadas que quedan entre las nubes. Esto produce un efecto aborregado, cuando las nubes son relativamente altas.
Las nubes más impresionantes son las que se asocian con el aire que sube rápidamente. Cuando las nubes no se extienden demasiado, se llaman cúmulos; tienen formas definidas y a menudo parecen una coliflor. A veces, los cúmulos se unen y entran en la zona de cristales de hielo o incluso llegan hasta la base de la estratosfera. Cuando esto ocurre, ya no pueden subir más, sino que se extiende para producir una nube en forma de yunque, conocida como cúmulonimbos. La mayoría originan aguaceros, e incluso es posible que granice y truene.
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Patrulla Ambiental del Pas
(colectivo de voluntariado ambiental 15M)
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