Ecologistas en Acción ha manifestado su desacuerdo con el procedimiento y resultados de la pretendida restauración de la variante de Oyambre –tras su anulación por sentencia definitiva del Tribunal Supremo– que no se ha acompañado de medidas más ambiciosas y exigentes en la regeneración integral de la marisma de Los Llaos, la conexión con la mar abierta y los flujos intermareales, y la recuperación del sistema dunar desmantelado por el aparcamiento; todo ellodentro de la rebaja de los objetivos presupuestados y la falta de información sobre las contradicciones entre el coste inicial y el finalmente ejecutado e independientemente de la valoración del tramo afectado y el cálculo definitivo para las arcas públicas a pesar de las advertencias previas sobre su ilegalidad y el despilfarro que ha supuesto el empecinamiento en hacerla, deshacerla y restaurar el lugar a su estado natural; y que debería servir, con los precedentes de las numerosas sentencias en contra de la Administración, tanto dentro como fuera del espacio protegido, para que el proyecto del macropuerto deportivo de San Vicente de la Barquera se suspendiera ante las flagrantes transgresiones de leyes, normativas y directivas que ya conocen las instituciones responsables y serán los argumentos de las demandas correspondientes ante los tribunales.
El representante de los ecologistas, Emilio Carrera, manifestó, también, que estos errores derivan de la ausencia de cobertura informativa y participación ciudadana para actuar con la prevención adecuada ya que, por ejemplo, cuando el parque natural de Oyambre está a punto de cumplir su XXX Aniversario, sigue sin disponer de página webb donde archivarse documentación, propuestas o sugerencias de interesados o miembros del Patronato; donde constatar planes de actuaciones pasadas y futuras, mantener referencias y obligaciones sobre los plazos del PORN para el PRUG, el PDS y los Planes Sectoriales que siguen sin respetarse; donde averiguar ritmos, eficacia y superficies de eliminación de plantas exóticas –la chilca y los plumeros, entre otras– o el horizonte de su desaparición definitiva; y donde despejar la incertidumbre e incumplimiento en inventarios de zonas húmedas, el desmantelamiento del dique de la ría del Capitán o la rehabilitación de la Casa Pozo como Centro de Interpretación esperando un milagro desde que en 2002 se firmase el Convenio de Cesión, en 2010 se renovase –y caducase al no ejecutarse en 5 años–, en 2011 se inaugurase la primera piedra –con dos millones de euros de los que se desconoce su paradero– y ahora se prometa, en un acto de fé, que en 3 años se procederá a su licitación y realización futura.
Un Parque sin presupuestos y programas de dinamización en el área de influencia y sin ayudas generosas a particulares, empresas y Ayuntamientos, para garantizar la sostenibilidad de recursos y actividades; que no le ha dotado de plantillas fijas ni concursos públicos para empleos de especialistas, investigadores, dirección del Parque, guardería y personal de mantenimiento; que sigue sin Marca que promocione el turismo, la agroganadería y la pesca sostenibles; que no resuelve la pernocta o aparcamiento ilegal de caravanas con el retranqueo de las infraestructuras de acogida para vehículos de todas clases en torno a la carretera Barreda-La Revilla y la N-634 con desplazamientos peatonales y lanzaderas para personas con dificultades de movilidad, aliviando los frágiles bordes litorales y sus cuencas visuales de los impactos de concentraciones y desplazamientos masivos de tráfico con su contaminación atmosférica, visual y acústica, atascos, vertidos, degradación del paisaje…; que continúa sin Ordenanza Forestal para garantizar la conservación del Monte Corona y la vegetación natural en márgenes y bordes de ríos y arroyos, carreteras y caminos rurales, vegas y mieses…, restringiendo plantaciones masivas de pinos y eucaliptos, evitando talas a matarrasa, reforestando con especies autóctonas, hileras arboladas, formaciones de ribera, bosques de galería, rodales boscosos y setos arbustivos…; y que no acondiciona el Mirador de Las Argayadas o crea el del Pico Sarria, no repone el monumento al Pájaro Amarillo o define los corredores ecológicos de los ríos Escudo, Gandarillas y Navas del Rey, y no coordina inversiones de Consejerías, Demarcación deCostas, Confederación, Ayuntamientos y Juntas Vecinales para unificar los criterios de sus actuaciones y lograr una mayor eficacia y compromiso en la mejora del Parque de Oyambre, su Patrimonio Natural y Cultural, y los equilibrios de su rentabilidad económica,social y ambiental.
Emilio Carrera. Representante de los grupos ecologistas y asociaciones conservacionistas de Cantabria en el Patronato del Parque Natural de Oyambre y miembro de Ecologistas en Acción.
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