Mar Cantábrico. /Pixabay
La ola de calor que sufrió España desde inicios de agosto, ha calentado el mar Mediterráneo hasta los 30º, y el Cantábrico alcanzó los 25º, registros que superan entre tres y cuatro grados la media en esta época del año, según recogen los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y publica eldiario.es. De hecho, el agua superficial de los océanos ha subido a razón de 0,1º por década.
Esto pasa, continúa el artículo, porque el agua del mar absorbe y mantiene la mayoría del exceso de calor que provocan los gases de efecto invernadero, lo que lleva a que la capa de dióxido de carbono (CO2), metano o vapor en la atmósfera tapona el calor que refleja la superficie terrestre proveniente de la radiación solar este y regresa a la corteza.
La alteración de las temperaturas del agua marina es letal para los ecosistemas. El mismo diario se hace eco de un informe de la Oficina Española de Cambio Climático que advierte de que el cambio climático estaba empobreciendo los mares españoles y causando mortandades de especies a gran escala "sin precedentes". Todo apunta, afirman, "hacia el empobrecimiento y una mayor vulnerabilidad de nuestros mares, junto con la disminución de su capacidad para absorber CO2".
Las cuencas oceánicas del planeta están interconectadas por sistemas de corriente a gran escala y, como una cinta transportadora global, las corrientes llevan el agua por todo el mundo, a distintas profundidades. La distribución resultante de las masas de agua fría y caliente es crítica para las condiciones climáticas en las diversas regiones de la Tierra, y ahora, científicos del Instituto Alfred Wegener, del Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina (AWI, Alemania) han documentado cómo un cambio en las corrientes en una cuenca oceánica puede desencadenar cambios masivos e inesperados en una cuenca distante, incluso al otro lado del planeta.
Teniendo en cuenta que el océano moderno se está calentando continuamente como resultado del calentamiento global, los científicos de AWI alertan de las similitudes con el proceso observado en el este del Pacífico Norte durante el último glacial: el calentamiento oceánico en curso puede desintegrar el hielo antártico, lo que posteriormente daría lugar a un aumento significativo del nivel del mar.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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